viernes, 30 de marzo de 2012

Así  nuestro colectivo, junto a l@s compañer@s del S.AG, convocó a debatir en diciembre del año pasado, el tema de "No a la baja". A partir del documental "Inseguros ¿quiénes son?" se dio un rico debate, centrado en muchas temáticas que el tema dispara: criminalización de la pobreza, represión, condiciones de vida indignas de los trabajadores, medios de comunicación al servicio del Estado (para generar miedo), consumismo, etc.
No sólo se centró el debate en hacer un diagnóstico de la situación, también intentamos pensar y construir caminos que unifiquen la lucha contra el problema real: "el miedo y la inseguridad instaurado hacia los pobres entretiene la mirada" ..." Focalizar el problema en la pobreza nos desvirtúa... ¿el problema no estará en la concentración de la riqueza? Sin dudas que estamos convocad@as a seguir pensando... en este 2012 se vendrán más instancias de cine - debate,  a las cuales iremos invitando, también por este medio. Vaya nuestro saludo a l@s compañer@s gráficos que permitieron este espacio en su sindicato. Salú

sábado, 17 de marzo de 2012

Inseguros ¿Quiénes son?

Algunos integrantes del Colectivo Rompesilencio junto a Luis Pedernera (IELSUR) participamos como panelistas en la presentación del documental "Inseguros ¿Quiénes son?" dirijida por Ariel Darder, en el marco del festival Globale Montevideo 2011 el 6 de octubre.

Reflexiones sobre la baja de la edad de imputabilidad - Documento en proceso

Sobre el colectivo



Rompesilencios es un colectivo que surge en el año 2006, a partir del asesinato de un joven en carreras nacionales y general flores. Comenzamos siendo fundamentalmente  gente que trabajábamos con gurises en situación de calle y frente a un nuevo asesinato de un gurí, decidimos juntarnos para al menos denunciarlo. Se hizo en ese momento una jornada de denuncia pública en la calle.

Posteriormente a partir de inquietudes de un grupo de vecinos se realiza una actividad pública también de denuncia de situaciones de violaciones a los derechos humanos de uno de los lugares de encierro de gurises: “Desafíos”. Continuamos luego en esta línea y en actividades contra la baja de la edad de imputabilidad.

Buscábamos poder generar una voz diferente a los discursos que imperaban sobre el tema. Aportar otras miradas sobre la infancia y adolescencia.


El fantasma del miedo


Nuestra sociedad está enferma. Los EEUU dicen que están siendo atacados, invadidos. La defensa de sus intereses equivale a poder invadir cualquier rincón del mundo. La seguridad nacional es prioridad. El terrorismo es el principal enemigo. La psicosis se impone y entonces hay que invertir en gastos militares y todo se justifica en aras de la protección de los intereses de la sociedad estadounidense.

Aquí no estamos tan lejos. El síndrome de la inseguridad gana terreno. Los malos “son los menores infractores”. Así se los denomina como si fueran así. No cometen infracciones o están en infracción. No. “Son infractores”, es decir,  ser menor o joven o pobre o mulato o habitante de zonas rojas, ya de por sí determina que “sean” infractores, (viejo problema entre los verbos “Ser” y “Estar” que ¡oh sorpresa!, en inglés son el mismo verbo).

Nadie los incorpora a la inseguridad. Ellos, los chicos malos, no están en la inseguridad. En la inseguridad estamos nosotros, los buenos, los que estamos expuestos a ser atacados, robados, rapiñados, asesinados. Ellos, los malos, no. No están expuestos a nada. Ni al hambre, ni a la soledad, ni al rechazo, ni a la desintegración, ni a la violación, ni al golpe, ni al desmadre y al despadre, ni a la incertidumbre, ni a la droga, ni al ninguneo. Ellos, los chicos malos, están seguros en algún lugar del cosmos. Nosotros somos los pobres inseguros. Por eso nos tenemos que defender y se impone rebajarles la edad para imputarlos, penalizarlos, castigarlos. ¿A qué edad? No importa. Primero a 16 años, luego a 14, después a 12 y tal vez algún día a cualquier edad porque la escalerita descendente sigue hasta aplastarlos como cucarachas.
      
Esta es la lógica de gente como Bordaberry que cree que se nace ladrón o asesino o drogadicto y esquiva el bulto. Él no es responsable de nada. Él es la pobre víctima expuesta a las inmundicias de estos menores infractores. Junta firmas para bajar la edad y procesar a un chiquilín de dieciséis años como a cualquier adulto. La frontera hoy es esa. Mañana pueda ser cualquier otra. No junta firmas para más recursos para el INAU y más Educadores Sociales y más formación al personal de ese instituto y más profesionales de multidisciplinas. No junta firmas para cerrar las fronteras externas e internas a todo tipo de droga, incrementando recursos y creando una policía especializada para arrancarles la cabeza a los peces gordos. No junta firmas para terminar con las armas que se pueden comprar por ahí nomás, en cualquier feria. No junta firmas para más educación a esos jóvenes expuestos, vulnerables, víctimas de una sociedad que les revienta la vida. No junta firmas para sacarlos de sus ambientes perniciosos y darles trabajo, educación, otro horizonte. Darío me dijo una vez “Ignacio, si no tenés para darle de comer a tus hermanos chicos y a tu vieja, ¿qué hacés?” y se fue para “su casa” que quedaba en los semáforos de 3 Cruces. 

Hay que hacer cosas. Sí, claro. Pero no es juntar firmas para reprimir. Su lógica es: más represión, más tensión social, más violencia. Nuestra lógica es: más atención, más oportunidades, más perspectivas de cambio. 
Nadie nace infractor. Quizá el mismo Pedro no estaría haciendo lo que hace si hubiera nacido en otro entorno. Si hubiera nacido en un hogar de docentes o dentistas, que ayudan a formar y a sanar, en lugar de pedir más represión, estaría firmando una nota como esta. 

Ignacio Martínez 
(escritor)